Thimo Pimentel, médico, fotógrafo y aficionado a la arqueología, ha encontrado apoyo en la tecnología para abrirse paso en la oscuridad de las cavernas dominicanas.
A tal fin, Pimentel utiliza un software llamado ImageJ y su aplicación D Stretch para descubrir nuevos universos gráficos en cada cueva.
Tanto el programa como la aplicación permiten ver la presencia de más pictografías en las paredes de una cueva que no pueden ser captadas a simple vista por el ojo humano, lo cual brinda un punto a favor de la ciencia arqueológica en el descubrimiento de más elementos históricos.
“Ahora las cuevas son nuevas todas”, dice Pimentel, quien junto al arqueólogo Gabriel Atiles, presentó un trabajo de investigación en la cueva de la Línea o del Ferrocarril en la Bahía de San Lorenzo utilizando este software.
Desde hace más de 25 años, Pimentel ha utilizado las cámaras análogas Nikon y un scanner Nikon 2000 para negativos y trabajó con mucho esfuerzo y poco éxito tratando de mostrar mejores fotos y nuevos hallazgos gráficos.
Atiles trató, utilizando la tecnología digital, de conseguir mejores resultados, pero no fue hasta hace tres semanas cuando Pimentel logró verdaderos resultados con el nuevo software y aplicación desarrollada por el norteamericano John Hartman para obtener imágenes digitales de las pictografías resaltando “imágenes fantasmas” que el ojo humano no percibe.
Hartman trabajó el método sobre pictografías en cuevas de Baja California en el 2008 y más adelante presentó en La Habana, Cuba, su hallazgo para dar origen a un trabajo de los profesores cubanos Divaldo González, Tendero y José Fernández Ortega y Racso Fernández en las cuevas del Ferrocarril un año antes.
“De ahora en adelante empieza una nueva etapa de rescate y registro visual para cada una de las cuevas en la Hispaniola que producirá un nuevo inventario más completo y rico, como aporte importante a la gráfica de nuestros primeros aborígenes”, explica Pimentel.
“Ahora el proceso de la confrontación del fotógrafo con las paredes de las cuevas será diferente. Antes tomábamos fotos de las pictografías más reconocibles a simple vista para con ellas hacer el registro, ahora deberá abordarse la pared en forma diferente en busca de esas ‘imágenes fantasmas’ que el ojo humano no percibe”, agrega Atiles.
El trabajo de Pimentel y Atiles fue presentado ayer en el Museo del Hombre Dominicano, acompañado de una exposición fotográfica de la toma estudiada y cientos de fotos de los estudios preliminares.
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ACERCA DEL SOFTWARE EMPLEADO
Inspirado en el popular NIH (National Institute of Health) y creado por Wayne Rasband, ImageJ ofrece un panel de funciones muy sofisticado que va desde la colorimetría, análisis de contornos, filtros de imágenes, cálculos de áreas, ángulos y distancias entre píxeles, histogramas de densidad y mucho más, ya que también soporta operaciones estándares de procesamiento de imágenes como, por ejemplo, la manipulación del contraste, la detección de contornos, el filtrado de medianas, el aumento de nitidez o efecto de suavizado.
ImageJ es compatible con imágenes de 8, 16 ó 32-bits y puede con los formatos TIFF, GIF, JPEG, BMP, DICOM, FITS y RAW. Además es multitarea, por lo que actúa con suma rapidez.
Calcula con gran facilidad valores de los píxeles, así como áreas específicas, previa detección de contornos.
Puede medir distancias y ángulos, pero también ejecutar transformaciones geométricas (rotar, escalar, etc.) y zoom.